Si cerraba fuerte los ojos y dejaba contagiar sus recuerdos entre los gruesos muros encalados que servían como muralla de la flama en los meses de verano, podía inundarle Apretó la mano de su nieto y señaló el aljibe. Allí jugábamos a los cromos. Ahora, descansaba una maleta de un turista que concluía su estancia. |
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Ilustración Gema StarlightTexto David de la Cruz |