Platón no aceptaba que se le diese una apariencia simulada a los paisajes. Un ciervo con un batallón de fusilamiento, una pradera de lava de dildos, un ovni que descansa en el rellano mientras charla con Peckinpah.

Un lobo, la lava, un ovni o Peckinpah: aceptar un paisaje como lofascinante, como lo que se levanta con facilidad y no se tuerce. El paisaje —el cuerpo ahora— es el poder del poder, el allá del más allá, el quiero del quizá, la deformación del goce. Hércules ora Afródita, Narciso, Peckinpah. Hércules nacido también de una espuma de sexo cercenado. Naturaleza renovada ya no espermática. Téfelo amamantado por una cierva en un valle de por aquí. Ese instante. REC. Paras de grabar. Buscas otro plano. Otro sexo. Otra salida. REC. REC. REC como un costillar. Y paras. Buscas ese idioma que sea mansión espiritual, el mismo que otros antes buscaban; ese cuerpo, esa multitud de cabezas o de narices o de penes o clítoris de los que paguen la renta en una mansión espiritual de la que nadie pueda salvarnos. Y pulsas REC y parece que la realidad repercute, que el sexo repercute, que un naufragio es más oportunidad que deriva, que la familia es daño que cae del lado del daño. Porque lo que se repite demasiado crea corto-circuito. Circuito corto. Reducido trazo que impone explosión. Tres curvas. Tres cabezas. REC y el temor reverente a lo que no es bello, a lo que no tú no eres, a lo que no seremos: triunfo de una apariencia distinta. Os hablamos de cosas muy concretas. Un paisaje donde el horizonte abarque lo real, lo fascinante: lo que crece y se deforma para bien; lo que llama a la dignidad desde la eficacia. Platón te está mirando, y te da su corazón, su vulva de renovada belleza, paisaje de plenitud ahora. Historia irreverente de la no creación: Hércules mujer átomo.

Texto de Alejandro Simón Partal

Alejandro Simón Partal (Estepona, 1983). Doctor en Filología Hispánica. Colabora en revistas especializadas, radio y prensa escrita. Los Himnos Abdominales (Renacimiento, 2015) es su último libro.